La resistencia de las plantas a insectos ha sido caracterizada de acuerdo al tipo de mecanismo en que se basa en antixenosis, tolerancia y antibiosis. La antixenosis, expresa la capacidad de la planta de no compatibilizar con el parásito, evitando que actúe como hospedera, no dejando que el insecto la utilice para oviposición, alimento o refugio. La tolerancia representa la capacidad de la planta de superar el ataque de una plaga, de manera que no haya disminución significativa de la calidad y cantidad de su producción.
La antibiosis, está determinada por aquellos efectos preventivos de daño o destructivos que el hospedero ejerce principalmente sobre el crecimiento, desarrollo o sobrevivencia del insecto. Estos mecanismos de resistencia pueden estar presentes en forma simultánea en una misma planta, dificultando la identificación de cada uno de ellos y la magnitud de su efecto.
Los áfidos pertenecen a un grupo de insectos suctores que se alimentan mediante la utilización de los estiletes, principalmente en el floema. Los daños que los áfidos provocan a sus huéspedes pueden ser de tipo directo, debido a su alimentación que producen pérdida de nutrientes y fotosintatos. Además, los daños indirectos que ocasionan, están relacionados a su capacidad de ser vectores de virus, o al desarrollo de ciertas micosis asociadas a los azúcares que excretan, junto con las deyecciones, reduciendo la biomasa fotosintetizante.
Los áfidos se encuentran distribuidos en todo el mundo con una mayor concentración de su diversidad específica en regiones templadas, debido a la abundancia de plantas hospederas. Además, son polimórficos, es decir, tienen más de una forma en su ciclo de vida con funciones específicas. Esta diversidad de formas, la habilidad de reproducirse partenogenéticamente o sexualmente y la alternancia entre hospederos, les permite desarrollar poblaciones numerosas en tiempos cortos y aprovechar las condiciones favorables para su desarrollo. Por todas estas características son considerados plagas de complejo control y por ello es de gran importancia la necesidad de identificar formas de resistencia que otorguen una mayor durabilidad y sustentabilidad a su control.
El pulgón verde de los cereales, Schizaphis graminum (Rondani) y el pulgón ruso del trigo, Diuraphis noxia (Kurdjumov), son dos plagas muy importantes que afectan los cultivos de cereales, entre ellos la cebada cervecera (Hordeum vulgare L.), en nuestro país.