El desarrollo tecnológico, con el que ingresamos al siglo XXI, irrumpió en varios aspectos de la vida. El cambio más notorio se da en el ámbito de las comunicaciones, estas se han vuelto un modo de conformidad o de resignación. Esta producción artística intenta cuestionar el vínculo que mantenemos con la tecnología y la forma en la que nos relacionamos a través de ella. Para esto recurrí a un visor de realidad virtual con el fin de realizar una videoinstalación, en la cual se pondrán en diálogo dos situaciones muy diferentes y a su vez se invita al espectador a reflexionar sobre el modo de habitar el tiempo y el espacio.