El mundo no será el mismo después de la pandemia que vivimos, aunque todavía no nos imaginemos todo lo que eso implica.
La crisis desatada por el coronavirus y la conmoción mundial que trajo aparejada puede ser analizada en al menos tres dimensiones, más allá de sus consideraciones sanitarias o sobre el cuadro epidemiológico en sentido estricto que, por cierto, han llevado tarde o temprano a la mayoría de los estados a tomar la iniciativa e intentar con mayor o menor acierto medidas de contención.