La búsqueda de la comprensión de los textos implica una doble tarea: el reconocimiento de su significado y de su sentido. Al primero -literal, objetivo- se puede acceder por medio de la semántica; para alcanzar el sentido -sugerido, personal, dinámico- la vía es la pragmática. Los límites entre semántica y pragmática son discutibles. En general, la primera da cuenta de los significados explícitos mientras que la segunda aborda el complejo campo de las inferencias. Escandell Vidal (1993: 47) marca esta distinción: La pragmática se ocupará del estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, entendido como el estudio de todos aquellos aspectos del significado que, por depender de factores situacionales, quedan fuera del ámbito de la teoría semántica ( es decir, de los significados convencionales).