En el contexto de una recesión global como consecuencia de la pandemia provocada por el covid-19, la respuesta económica de los países ha sido dispar. En términos generales, la economía del mundo experimentó una contracción en cuanto a sus principales indicadores macroeconómicos como por ejemplo un retroceso del PBI generando una desaceleración económica para el año 2020.
La República de Corea no fue una excepción a esta situación. Este país con un aparato productivo orientado hacia la exportación principalmente sufrió también estos efectos globales. Muestra de ello, Corea del Sur cerró el 2020 con una contracción del 1% de su economía. Se trata, de acuerdo a los especialistas, de la mayor reducción de los últimos 22 años, pero significativamente mejor que otras economías desarrolladas que cayeron entre un 3 y 10% en ese año comparativamente.
Corea comienza el 2021 con una recuperación de las exportaciones, gracias a una serie de medidas que dinamizaron el crecimiento económico. La cuarta economía asiática, después de China, Japón e India, mejoró las previsiones que el Banco Central de Corea hizo del crecimiento de su PBI, gracias a la recuperación de la demanda mundial de chips y dispositivos tecnológicos, entre otros.
Se prevé que esta mejora en el dinamismo de su aparato productivo crezca durante el resto del 2021 y las proyecciones es que termine el año con un crecimiento del 3, 2%.
Es propósito de esta ponencia realizar un análisis del desempeño de la economía coreana en tiempos de pandemia, a partir, fundamentalmente, de las diferentes estrategias impulsadas por el gobierno coreano.
La metodología empleada se basó principalmente en el análisis de los datos estadísticos publicados en diferentes reportes e informes de organismos gubernamentales internacionales, tales como Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, entre otros.