Cuando tenía 33 años de edad me fue encargado por la facultad de Ciencias Jurídicas y sociales de la Universidad Nacional de La Plata pronunciar un discurso al cumplirse el primer aniversario de la muerte de José Peco.
Así lo hice, y logré dominar mis fuertes emociones para poder leerlo, intento que hoy volveré a realizar.
Pues no veo por qué habría, en este nuevo homenaje, de efectuar una redacción distinta si aquel discurso tiene para mí un sentido histórico pues además del mencionado aniversario se vivía un régimen político que hacía al pueblo clamar por el regreso de la democracia. Y varios profesores nos habíamos quedado en la Universidad con la expresa intención de defender abiertamente el tan ansiado sistema de gobierno (agrego que hoy, con frecuencia, encontramos ex alumnos que nos dicen que su ideología republicana y democrática se originó o fortificó con nuestras enseñanzas en aquella cátedra encabezada por Ouviña).
Leo nuevamente, entonces, aquel querido discurso sobre mi querido Maestro.