Producción del pasado como intento de apresar al devenir caótico del tiempo en un orden que le otorga un sentido. Discurso del pasado como instrumento de control en y a través de una verdad que oculta y justifica ansias colinizadoras.
Pasado que, en tanto producto del hombre, es entonces una presentación y un ocultamiento de sí mismo y, al impactar sobre la realidad, asegura al hombre una identidad. Seguridad que simultáneamente es control.
Buscar como alternativa las modalidades de su democratización: circulación abierta al cuestionamiento y puesta a prueba de los múltiples discursos como posibillidad de emergencia de otros pasados excluidos y mayor circulación del poder.
No hay un pasado único: la propuesta es abrirnos a un pasado-laberinto donde las encrucijadas se vuelven contorsiones frenéticamente ilógicas que han de ser así, si creemos en la capacidad del hombre para autointuir el "reino de la libertad".
Utopía de la desalineación: extinsión de un pasado-fetiche cuyo valor simbólico impide desentrañar las intenciones de dominación.