Aunque la mayoría de las culturas de la antigüedad disponían de espacios destinados a las reuniones y representaciones colectivas, el inicio histórico de la acústica de salas coincide con el desarrollo del teatro griego. A partir de su estructura abierta se derivan el teatro cerrado romano y los anfiteatros latinos, cuyos detalles de diseño acústico conocemos gracias a los 10 tomos del tratado De architectura de Vitrubio (c. 70 a.C.- 25 a.C.). En el renacimiento y la edad moderna los avances teóricos de la ciencia acústica fueron notables gracias a los trabajos de Galileo, Mersenne y Euler, aunque los intentos por reunir teoría y práctica llevaron a la creación de complicados sistemas de imposible realización. La obra de Athanasius Kircher, publicada a mediados del siglo XVII, quizá sea la que mejor ilustra lo anterior.