En los últimos quince años el desenvolvimiento del sector primario en la región del Mercosur ha sido muy dispar como consecuencia tanto de factores endógenos como exógenos que afectaron con diversa intensidad a los países de la región. Entre los resultados favorables se debe destacar el crecimiento regional de la agricultura, traccionado por la soja, particularmente importante en Uruguay y Paraguay, donde las políticas públicas favorecieron la incorporación de la soja en el esquema productivo. En cambio, en Argentina la política agropecuaria fue adversa al sector. La política fiscal (retenciones a las exportaciones con tasas extractivas) y cambiaria (atraso del tipo de cambio) condujo a un virtual estancamiento de la producción de granos. Por su parte, en Brasil el crecimiento de la agricultura fue sustentado por una fuerte expansión del área cultivada y en menor grado de los rendimientos.