La educación superior ha sido considerada como la base para la movilidad social, el desarrollo económico y la estructuración de una democratización de las instituciones sociales. Estas prioridades han sido elementos primordiales que se alienan con los discursos de cambio ofrecidos por los dirigentes políticos de cada país. Sin embargo, el logro de estas expectativas es debatible, en especial en la región de América Latina donde el mantenimiento de las inequidades en la distribución de los recursos y el mantenimiento de la pobreza ponen en evidencia que las medidas alcanzadas no han sido acertadas para que la educación superior cumpla con el papel que le compete. A partir de dichos planteamientos esta tesis busca asociar las causas de esta desviación en el cumplimiento de las expectativas sociales, a la adopción de lineamientos establecidos por los organismos internacionales, a través de los casos de Colombia y Argentina.