La humanidad se halla en el ojo de una temible tempestad. Al menos, ocho graves crisis la causan: la biodiversidad, la pobreza, la energía, las enfermedades emergentes, los alimentos, el agua, la economía mundial y el cambio climático. Todas ellas se potencian mutuamente y tienen un origen común: formas de producción y consumo no sustentables que destruyen el sistema que soporta la vida en nuestro planeta.
La ciencia es indispensable -aunque no suficiente- en la resolución de los problemas ambientales, económicos y sociales que produce esta tempestad. Por lo tanto, en sociedades democráticas es fundamental que el ciudadano tenga un cierto grado de conocimientos científicos al que llamaremos alfabetización científica o alfabetización en ciencia. Alfabetización, en el sentido de Paulo Freire, implica no sólo el leer y escribir, sino una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado. Realidad que incluye a la ciencia.