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Ningún análisis de política internacional puede negar, actualmente, la importancia de las relaciones sino-rusas para el mundo contemporáneo. El fenómeno no es nuevo. Por el contrario, el eje Moscú-Beijing desde hace ya décadas ha sido un foco de estudio ha sido para diferentes universidades y centros de estudio estadounidenses y europeas. En los últimos años -ya en la primera década del siglo XXI- el asunto ha venido ganando mayor relevancia a la luz del avance hacia un sistema internacional de estructura multipolar o, en otras palabras, la (re) emergencia de potencias, en el escenario internacional, que disputan, tanto en términos discursivos como materiales, su rol en un mundo en el que otrora, desde fines del siglo XX, Estados Unidos se constituía como la única potencia de alcance global. En este nuevo escenario China y Rusia han ocupado, en diferentes escalas, un rol preponderante. Lo anterior ha hecho resurgir un renovado interés político y académico en Occidente, por comprender como ambos actores se relacionan entre sí y como influyen en el sistema internacional actual. Lamentablemente, en América Latina y, particularmente, en nuestro país, el análisis de las relaciones sino-rusas ha sido notoriamente más escaso. La naturaleza de los vínculos entre China y Rusia, no ha sido un eje prioritario de investigaciones en nuestros estudios de Relaciones Internacionales como disciplina. La presente investigación intenta constituirse en un aporte, desde nuestra región, para el estudio y comprensión de las relaciones entre los dos gigantes asiáticos. Para este propósito, nuestro estudio se centra en analizar la dinámica de las relaciones sino-rusas desde una perspectiva sistémica. Esto es, a luz de su impacto en la estructura del sistema internacional contemporáneo. Paralelamente, como el lector verá a lo largo del desarrollo de la investigación, el propio sistema internacional ha ejercido una influencia significativa en el devenir de las relaciones entre Moscú y Beijing. Partimos de la idea de que tanto China como Rusia son actores disruptivos del sistema internacional, en tanto pretenden transformar la estructura del mismo y que, con ese propósito, han venido desplegando poder, tanto en su dimensión directa como indirecta. La transformación estructural es explicada, retomando elementos conceptuales tanto del neorrealismo como del constructivismo, a partir de cambios de capacidades relativas y su impacto en las trayectorias identitarias y de intereses entre los principales actores -Estados- del sistema internacional. Paralelamente, la postura compartida entorno a lo sistémico se ha visto complementada, en los últimos años, por el desarrollo y fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre ambos países. A partir del acuerdo de Asociación Estratégica del año 2001, China y Rusia han ido alcanzando mayores niveles de articulación intergubernamental en diferentes esferas a partir de un mecanismo de cooperación integral. Esta investigación comprende que la combinación de fortalecimiento de los lazos bilaterales, así como una postura compartida entorno a la necesidad de una transformación de la estructura del sistema internacional constituyen factores explicativos clave en el fortalecimiento de las relaciones entre los actores ya mencionados. Por otro lado, una parte de nuestra investigación se centrará en el estudio de las relaciones de ambos países en el plano regional, a partir del estudio de la región de Asía Central en tanto esta es una región de seguridad compartida tanto por China como por Rusia, aquí utilizamos los conceptos brindados por la teoría de los Complejos de Seguridad Regionales. El estudio en clave regional permite una mejor comprensión de las relaciones entre ambos Estados y el despliegue de poder por parte de los mismos en una región específica del mundo. En el nivel regional, a pesar de las preocupaciones rusas por la creciente influencia de Beijing en Asía Central, ambos actores han logrado establecer un acuerdo de convivencia a partir de intereses compartidos, así como de la necesidad de restringir la presencia estadounidense en una zona de importancia económica, política y militar para ambos Estados. El presente estudio espera dar al lector herramientas para pensar como ambos actores despliegan poder tanto en la escala internacional como en la regional y, de manera más general, cual es el rol que han ido adquiriendo, en las primeras décadas del siglo XXI, en el escenario internacional contemporáneo.
In EnglishNo analysis of international politics can currently deny the importance of Sino-Russian relations for the contemporary world. The phenomenon is not new. On the contrary, the Moscow-Beijing axis has become the focus of study of different American and European universities and study centers for decades. From the first decade of the 21st century the issue has been gaining more relevance in the light of the progress towards an international system of a multipolar structure or, in other words, the reemergence of powers, which dispute, both in discursive and material terms, their roles in an international scenario, in which the United States was constituted as the only power with a global reach by the end of the xx century. In this new scenario, China and Russia have occupied, on different scales, a preponderant role. This has given rise to a renewed political and academic interest in the West, to understand how both actors relate one another and how they influence the current international system. Unfortunately, in Latin America and, particularly, in our country, the analysis of Sino-Russian relations has been notoriously scarce. The nature of the links between China and Russia has not been a priority axis of research in our studies of International Relations as a discipline. The present investigation tries to become a contribution from our region for the study and understanding of the relations between the two Asian giants. For this purpose, our study focuses on analyzing the dynamic of Sino-Russian relations from a systemic perspective. That is, in the light of its impact on the structure of the contemporary international system. At the same time, as the reader will see throughout the development of the investigation, the international system itself has exerted a significant influence over the evolution of relations between Moscow and Beijing. We start from the idea that both China and Russia are disruptive actors in the international system, as they seek to transform their structures. Structural transformation is explained by taking up conceptual elements of both neorealism and constructivism, based on changes in relative capacities and their impact on identity and interest’s trajectories among the main actors -States- of the international system. At the same time, the shared position around the systemic analysis has been complemented, in recent years, by the development and strengthening of bilateral relations between both countries. Since the Strategic Association agreement in 2001, China and Russia have been reaching higher levels of intergovernmental articulation of different spheres based on a comprehensive cooperation mechanism. This research understands that the combination of strengthening bilateral ties, as well as a shared position regarding the need for a transformation of the structure of the international system, constitute key explanatory factors in the strengthening of relations between the aforementioned actors. On the other hand, part of our research will focus on the study of the relations between both countries at A regional level, starting with the study of the Central Asia region, as this is a security region shared by both China and Russia, here we use the concepts provided by the theory of Regional Security Complexes. The regional key study allows a better understanding of the relations between both States and the deployment of power in a specific region of the world. At the regional level, despite Russian concerns about Beijing's growing influence in Central Asia, both actors have managed to establish an agreement of coexistence based on shared interests, as well as the need to restrict the US presence in areas of economic, political and military importance for both states. This study hopes to give the reader tools to think about how both actors display power, and in broad terms the roles they have been acquiring in the first decades of the 21st century.