La producción edilicia pública en Argentina es diversa y comprende una pluralidad de programas y resoluciones arquitectónicas heterogéneas. Dicha producción acompañó el complejo y acelerado proceso de modernización que se desarrolló desde principios del siglo xx en relación con las grandes transformaciones socioeconómicas, políticas y culturales.
A fines de la década de los cuarenta, en el contexto de la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, la actualización de los sistemas de comunicación implicó que mediante los edificios como soporte de unificación logren articularse e integrarse las comunicaciones. Esta unión fue a través del correo, la radio, el telégrafo, el teléfono y la incipiente televisión. Para ello se creó un plan de modernización de las comunicaciones; primero, desde la Secretaría de Comunicaciones y, luego, desde el Ministerio de Comunicaciones. En este marco, se generó el conjunto de edificios para Correos y Telecomunicaciones distribuidos por toda la Argentina que originó un nuevo mapa de distribución de los puntos de unión territorial. En este trabajo se estudia como caso la obra estatal de la Dirección de Arquitectura de Correos y Telecomunicaciones (DACyT), creada en 1948, dentro del Ministerio de Comunicaciones a cargo de los arquitectos Aristóbulo J. Martínez (1948-1955) y Hernán Lavalle Cobo (1955-60). Ambos dirigieron un grupo de jóvenes arquitectos formados en la Universidad de Buenos Aires. Este equipo proyectó los edificios de Correos y Telecomunicaciones durante los dos gobiernos de Juan Domingo Perón (1946-55), quien en el Primer Plan Quinquenal (1947-52) implementó una serie de medidas políticas y sociales que pusieron en marcha un significativo plan de obras estatales.
Se estudiará una selección de piezas arquitectónicas que conllevan la representación del Estado y su plan de modernización. Los proyectos y construcciones de los edificios de Correos y Telecomunicaciones incluyeron los temas claves del debate teórico del plano arquitectónico nacional e internacional y evidenciaron la tensión entre la técnica, el arte y las comunicaciones. Fueron verdaderas piezas de arquitectura moderna producidas desde las oficinas estatales. La utilización de estas obras públicas por centenares de personas legitimó el funcionamiento de dicha arquitectura.
La elaboración de estos proyectos y construcciones implicó una tarea interdisciplinaria: arquitectos, ingenieros, técnicos y artistas que lograron en conjunto concretar el plan de modernización.
Del estudio de estas piezas de arquitectura se desprende que ellas representaron los temas claves del debate de la disciplina arquitectónica y artística, allí se tensionaron en constante intercambio las ideas en torno a lo local, lo nacional y lo moderno.