Me interesa la narrativa de la propia historia y la de mis antepasados, develar la mística a través de la selección de objetos que como "frascos" resguardan aquellos momentos genuinos de nuestro paso por el mundo. “El retrato familiar” es un grito, un grito que pide por sanación, se materializa en él, el deseo infantil quizás, de unión familiar, de honra hacia aquellos que ya partieron de este plano material pero que paradójicamente están presentes, muy presentes a través de sus pertenencias, de lo que dejaron atrás, de aquello que no pudieron llevarse.