La propuesta artística nace de una, no tan inocente, palabra: vaciada. Me empiezo a preguntar por las connotaciones que trae, cuánto poder, cuántas pretensiones y cuánto dolor. La propuesta de este trabajo de final de grado fue realizar una conceptualización performática, que pone en tela de juicio el nombre de uso coloquial de “vaciada” ante la operación de la histerectomía. Partimos del entendimiento de que nuestro lenguaje coloquial no es creado ni utilizado de forma aleatoria. Esconde bajo el velo de “lo natural” / “lo normal” relaciones de poder. Traen de forma implícita encasillamientos que delimitan una forma de conducta específica. Esconden una cuota moral ya que establecen el cómo legítimamente tratar a otros. ¿Qué somos sino discursos? El nombre mismo de la operación ya nos remite a la idea de que ahí yace la esencia. Hystera (matriz, útero) y ektomia (extirpación). Es la extirpación de la matriz, de lo fundante. Para nuestros discursos no solo implica la remoción de un órgano, o parte del mismo, sino la remoción del SER mujer. ¿Qué o quién sos cuando te vacían de sentido? ¿No es hora que nos replanteemos el uso de nuestras palabras? ¿Solo esto es una mujer?