Dentro de las discusiones en torno a la configuración de la disciplina escolar Lengua y Literatura, la gramática es frecuentemente uno de los temas que despierta mayores polémicas: ¿Qué se hace con ella? ¿Hay que “enseñar gramática”? ¿Se trata de un cuerpo de saberes “obsoleto”? ¿Qué gramática se debe enseñar? Estas son sólo algunas de las preguntas que suelen formularse los estudiantes, docentes en ejercicio, pedagogos, lingüistas y otros actores del complejo entramado que une la formación con los espacios de ejercicio de la docencia; todas ellas ponen en evidencia que la discusión en torno a la injerencia del conocimiento gramatical y su rol dentro de los procesos de enseñanza y aprendizaje no está cerrada aún. Por el contrario, se trata de un debate que es parte constitutiva de la historia disciplinar y curricular, así también lo es para las investigaciones en lingüística aplicada en nuestro país.
En este capítulo revisaremos el lugar de la gramática dentro del conjunto de conocimientos disciplinares escolares y, a partir de dicho análisis, realizaremos una propuesta metodológica para el trabajo en el aula que, desde una perspectiva “circunstanciada” (Cuesta, 2012), denominaremos gramática escolar. Este objetivo implica superar (nunca anular) algunas discusiones sobre el estado de la cuestión y dar un paso en función de las necesidades del docente al momento de encarar el trabajo en el aula, así como brindar a los investigadores en la materia algunas consideraciones que permitan ampliar la mirada sobre la enseñanza de la lengua y las posibles relaciones entre el conocimiento disciplinar-científico y los contextos de enseñanza.