Durante 1968 un movimiento estudiantil cimbró la estabilidad político social mexicana. Después de meses de movilizaciones y con las Olimpiadas en puerta, el gobierno mexicano organizó una maniobra represiva para contener y desmovilizar a los estudiantes. Cinco décadas después, persiste en la memoria colectiva en México el recuerdo del movimiento estudiantil. Esta tesis se inscribe en el campo de estudios sobre memoria y pasado reciente latinoamericano.