El artículo plantea la constitución de la familia como hecho del lenguaje, a partir de lo cual se ubicará su función de transmisión tanto del malentendido que le da origen, como de las formas históricas de hacer con eso, ubicando estas dos cuestiones en términos de función y ficción familiar.
Propone considerar las nuevas presentaciones familiares en tensión con la ficción moderna de familia para ubicar lo que se vislumbra como los malestares actuales. Además plantea delimitar lo que más allá de las nuevas modalidades y los des-anudamientos del lazo, es necesario sostener en términos de lo que constituye subjetividad.
La idea central entonces es pensar algunas cuestiones en relación a lo que hoy constituye familia, partiendo de los impasses y las preguntas que se nos presentan en el encuentro con lo que ya no nos es familiar, en tanto conocido, supuesto o esperado. A la vez dilucidar las intervenciones que en torno a tales novedades de época se van configurando.
Siendo entonces lo familiar fundamentalmente un fenómeno del lenguaje nos interesa historiar su constitución y ubicar sus trasformaciones. El psicoanálisis junto a otros discursos contemporáneos son los que han contribuido a pensar la familia como un hecho del orden de lo simbólico. Esto implica que no hay nada del orden de lo natural en su configuración, no hay naturalidad en la relación entre los sexos, como tampoco en la forma de enlace con los hijos, es decir que la función reproductiva sexuada esta despegada de la función familiar.
Despejada la idea de natural en lo que hace familia, más allá de que en cada época se naturalicen y universalicen las formas del lazo, nos interesa ubicar la familia fundamentalmente como un lugar de transmisión y el espacio donde un sujeto se constituye como tal.
En este sentido familia es un lugar que implica un entramado no solo de funciones y discursos sino donde está en juego algo del orden del deseo. Piera Aulagnier (1993) pensara la familia como el lugar donde “un sujeto puede advenir”, siendo él puede lo esencial del enunciado, en tanto implica que hay condiciones, tanto estructurales como situacionales, para que un sujeto se constituya como tal. Condiciones entonces que hacen al discurso y al deseo en juego.
Creemos fundamental pensar esas condiciones en tanto son una brújula en las intervenciones con familias, condiciones que Blanca Sánchez (2006) ubicará en términos función y de ficción.