Una tumba de tierra sin identificar conforma un ritual de muñecas que atesoran recuerdos con olor a naftalina entre flores de plástico, velas encendidas, objetos de santería y creencias populares, yacen bajo un altar. Umbral hacia lo desconocido, dispuesto como instalación, devela un universo poético, visual y sensorial. Un axis mundi que conecta el más allá con el aquí y ahora, susurrando secretos entrelazados con la eternidad invitan a reflexionar sobre el significado de la vida y la muerte.