El proyecto se inserta en la región del Gran La Plata, identificada como territorio vulnerable, caracterizado por el crecimiento urbano, lógicas de mercado no reguladas y el impacto de la crisis climática. Además, se registra que los procesos de expansión, sumado a la falta de planificación, han provocado una dispersión y fragmentación de la periferia a través de espacios que no traducen ni son el resultado de sus características físicas, sociales y culturales (Cortizo, 2018), evidenciando la importancia del suelo vacante como un recurso para la reorganización del territorio.
Entendiendo que el crecimiento urbano y particularmente de los ejes de comunicación a lo largo de la Cuenca del Arroyo Maldonado, han generado la proliferación de espacios que se encuentran permanentemente desocupados, es objetivo general de este trabajo desarrollar un instrumento de catalogación de vacíos vacantes, comprendidos desde la dimensión del Tercer Paisaje, como indecisos y heterogéneos, de diferentes escalas y orígenes (Gilles Clement, 2004); que contemplen medidas de ordenamiento urbano, con el fin de elaborar estrategias de intervención que aporten a la articulación entre barrios y a la apropiación identitaria de los vecinos. Contribuyendo de este modo al desarrollo urbano sostenible y a la mitigación de los efectos del cambio climático.
El área del caso de estudio se identifica como territorio vulnerable y expuesto a condiciones de riesgo hídrico. El sector está atravesado por conflictos de naturaleza multicausal, como acciones no planificadas sobre terrenos absorbentes, ocupación de sectores con alto grado de vulnerabilidad y principalmente por los efectos del cambio climático.
La presencia de espacios vacantes se manifiestan en sectores donde confluyen diferentes lógicas de conformación urbana. En consecuencia emergen formas de ocupación que requieren ser registradas mediante la realización de un catálogo como instrumento que detalle de manera ordenada, descripciones y datos generales acerca de la vacancia en la cuenca, y que ayude a elaborar estrategias para el ordenamiento urbano y de medidas no estructurales, tendientes a la relocalización, adaptación y mitigación para una gestión integral del riesgo hídrico por inundaciones.
Se considera como hipótesis que las tierras vacantes representan un punto estratégico en el control del crecimiento de la ciudad y es por ello que su reincorporación a la dinámica urbana, podría favorecer a la integración entre los barrios y reorientar las formas de crecimiento y desarrollo de la cuenca, colaborando a un desarrollo urbano sostenible.