El trabajo que aquí presento ha sido producido en el marco del Proyecto de investigación que dirijo “Prácticas corporales y educación del cuerpo: el discurso neurocientífico como imposible para la enseñanza”. Es nuestra intención en este breve espacio poder tensionar el vínculo entre la educación emocional y la práctica del mindfulness en tanto dispositivos de subjetivación de la época contemporánea. Nuestra hipótesis de trabajo se orienta a mostrar de qué modo la inscripción de técnicas corporales milenarias cómo el yoga, o en este caso la “atención plena”, resultan en nuevas prácticas de consumo contemporáneas para responder a un Ethos terapéutico, que hace entrar a la enseñanza en la narrativa de la enfermedad y la patología. Intentaremos mostrar que la secularización de dichas prácticas religiosas que autorizadas hoy por el discurso psico-neuro científico no resultan no la invitación a adquirir un conocimiento o poner en práctica una técnica corporal, sino a adoptarlo como una forma de vida, son una invitación a convertirnos en empresarios de nosotros mismos. Aprender a gestionar nuestras emociones es aprender a gestionar los recursos emocionales, cognitivos y sociales de los que se supone somos “propietarios” para poder procurarnos el éxito y la felicidad que se nos presentan como imperativo de esta época, aunque paradójicamente producen el sufrimiento que se proponen aliviar. El cuerpo colocado del lado de las disfunciones y las deficiencias, y el malestar como punto de partida, no son sino parte de un dispositivo de mercantilización del cuerpo y el sujeto para “producir” ciudadanos emocionalmente “competentes”, con la responsabilidad sobre si mismos (del éxito, pero también del fracaso) que subjetivando lo humano como máquina cognitiva, nos sustraen lo más propiamente humano: la posibilidad de darle forma a nuestra vida. Al reducir la enseñanza a la administración de “recursos”, “potencias” y “capital” con el que cada quién cuenta, se anula la dimensión política del cuerpo y la enseñanza y se refuerza la rotura del lazo social por un reforzamiento del individualismo y la biologización.