A lo largo de la historia y desde la antigua Grecia se enseñaba oratoria a los abogados, dotándolos de un arte para la persuasión como una única forma de ejercicio del derecho. Ya Platón lo expresa en el diálogo entre Gorgias y Sócrates, cuando el primero explica que ser capaz de persuadir a los “jueces en el tribunal” es una forma de dominar a los demás. De igual forma el derecho se ha desarrollado sobre el sustento ideológico de doctrinas jurídicas. El combate argumentativo sigue vinculado al ámbito judicial y administrativo hasta la actualidad.
Atento ello, el derecho suele ser desvalorizado como ciencia, “la relación del derecho con el conocimiento científico ha sido siempre problemática, cuando no confrontativa”. (Zaffore: 2012: 7) Por ello, el desafío consiste en enseñar metodología de investigación a alumnos de grado de la carrera de Derecho, la que les otorga el título de Abogado, con el cual pueden cumplir funciones estatales o privadas, sin distinción. Los estudiantes de Derecho, en su camino a alcanzar su título de grado, el cual no requiere de tesis, sólo cursan una asignatura destinada al estudio del conocimiento científico y sus respectivos métodos de investigación, por lo tanto, su cursada resulta un reto para muchos alumnos y consecuentemente también para los docentes.