En las últimas décadas, los ámbitos de la vida de las personas y de la industria conectados a Internet se vieron incrementados, llegando a abarcar a una amplia gama de dispositivos bajo el concepto de Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés). Los progresos en el IoT favorecieron la transición hacia la cuarta revolución industrial, y la pandemia del Covid-19 no hizo más que acelerarla. Sin embargo, los beneficios ofrecidos por la revolución del IoT pueden verse seriamente afectados por las dificultades que se presentan en el desarrollo de sistemas que conecten a Internet, de forma escalable, estable y segura, a grandes cantidades de dispositivos, mayoritariamente limitados en sus capacidades de conectividad, memoria o procesamiento. En este artículo, se presenta una herramienta desarrollada para abordar algunos de los desafíos latentes asociados al IoT, y así facilitar su adopción en países en vías de desarrollo.