La idea principal del siguiente trabajo de investigación es que la ausencia del concepto de reciprocidad en el cumplimiento de los acuerdos de Oslo significó la paralización del proceso de paz entre el Estado de Israel y la Autoridad Palestina.
Con la firma del Acuerdo de Hebrón, el 17 de enero de 1997, el concepto de reciprocidad comienza a jugar un rol fundamental. El acuerdo alcanzado no solo expresa la buena voluntad de las partes en proseguir con el proceso de paz, sino que es un acuerdo técnico porque demanda de manera “inmediata y paralela” el cumplimiento de numerosos compromisos por ambas partes. Las decisiones y acciones unilaterales, fuera de la adecuada política de consultas entre Israel y la Autoridad Palestina, terminó por socavar la buena voluntad de ambas.
Si bien la ausencia de reciprocidad estuvo presente en cada uno de los compromisos acordados en Oslo, solo se analizará el concepto de reciprocidad referido a la política de asentamiento israelí en Jerusalén Oriental para demostrar la hipótesis. Se prestará mayor atención a la decisión israelí de construir un nuevo asentamiento, conocido como Har Homa el 26 de febrero de 1997. La decisión unilateral de Benjamin Netanyahu de iniciar la construcción de Har Homa contribuyó a crear una atmósfera de desconfianza que embargó a todo el proceso de paz hasta paralizarlo.
La política de asentamiento israelí afecta a todos los territorios ocupados por Israel después de la guerra de 1967. En este trabajo sólo se pretende analizar la región de Jerusalén Oriental y el caso singular de Har Homa para ilustrar los controles de expropiación, planificación y construcción de los asentamientos.
Asimismo, se examinará la política de asentamiento del Partido del Likud (Gobierno de Benjamin Netanyahu) en referencia a la política adoptada por el Partido Laborista (Gobierno de Rabin-Peres). Se buscará demostrar que la política de asentamiento practicada por el Likud es un complemento y conclusión de la política de asentamiento laborista.