En la Argentina a mediados de 2001 en el ámbito rural sólo el 30% de la población disponía de acceso a sistemas de agua potable (2001- Fuente: INDEC 2003). Las áreas urbano-marginales, en cambio, presentaban dificultades vinculadas con la expansión de los servicios de agua potable. El sistemático despojo a los sectores de menos recursos se refleja en el creciente deterioro de su calidad de vida. Si bien en la Capital Federal todos los habitantes acceden al agua corriente, en el conurbano bonaerense el 60% de la población carece de conexión, en las zonas más carenciadas, sólo 3 de cada 100 pobladores recibe agua de la red. El Río de la Plata es la mayor fuente de agua dulce de la República Argentina. Por día fluyen a él 2,3 millones de m3 de aguas negras sin tratar y 1,9 millones de m3 de descargas industriales. Como consecuencia, hay una franja de varios centenares de metros adyacentes a la costa con aguas cuyos niveles de contaminación son altos. Unos 7.300 establecimientos industriales arrojan anualmente al Río de la Plata 250.000 toneladas de barros tóxicos, 500.000 de solventes diluidos y 500.000 de afluentes con metales pesados (arsénico, cadmio, cromo, mercurio, plomo). En lo que respecta específicamente a la contaminación con plomo los principales procesos que la originan son: galvanoplastia, producción de pinturas y textiles.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)