El objetivo del presente trabajo es analizar la influencia que el modelo de integración europeo ejerció sobre la transición democrática sudamericana, particularmente en el diseño de la política exterior argentina entre 1983 y 1989; cuyas variables para la inserción internacional del país fueron los derechos humanos, la paz y la integración regional.
El caso argentino se destacó por sus particulares características: un gobierno dictatorial que ejecutó una brutal represión sobre la sociedad civil, un colapso de su régimen político luego de la guerra por Malvinas y la convocatoria a elecciones para octubre de 1983. En segundo lugar, de esas cuestiones particulares surgió el liderazgo de Raúl Alfonsín, quien terminó siendo en un actor de importante incidencia sobre el resto de las transiciones sudamericanas.
En la visión del gobierno radical las transiciones sudamericanas de los años ´80 eran la gran oportunidad para superar las históricas condiciones de inestabilidad de los regímenes políticos de la región, esos objetivos tenían una clara identificación con la situación europea de posguerra, sintetizados en la idea de “un proceso constructivo de paz, democracia e integración, entendiendo a Europa como “potencia civil”.
La elección del período 1983-1989, contiene la etapa que transcurre desde la asunción del nuevo gobierno en diciembre de 1983, hasta su reemplazo en julio de 1989, de todas maneras la mayoría de las iniciativas políticas del gobierno radical estuvieron concentradas en el período 1983-1987. En 1987, para la elección de renovación de gobernadores provinciales, el oficialismo sufrió una derrota electoral frente al Partido Justicialista situación que definió al período 1987-1989 como una etapa de pérdida de iniciativa y de recuperación del rol de la oposición en el nuevo escenario que culminó con el triunfo electoral de la fórmula justicialista que encabezó Carlos Menem.
El tratamiento de este trabajo sobre el análisis de la política exterior argentina tendrá en cuenta la valoración que el gobierno tenía por el institucionalismo liberal, en el sentido de considerar a las instituciones internacionales como capaces de restringir el accionar de los estados valorando la institucionalidad democrática, como así también de la posibilidad de reinserción de la Argentina a través de expresiones idealistas de paz y democracia en un contexto de transiciones. Este modelo de inserción empezó a mostrar dificultades al no lograr resolver el problema de la deuda externa, situación que promovió ajustes en la política exterior argentina a partir de 1985, en lo que se denominó una relación madura con Estados Unidos, o también caracterizado en el mundo académico como el "giro realista".
Las razones por las cuales el gobierno argentino inició el camino idealista en 1983, estuvieron vinculadas con su percepción de Europa como potencia civil, modelo de desarrollo y prosperidad. En definitiva se trata de analizar la europeización de la política exterior argentina durante la transición democrática, definiendo el concepto de europeización como la idea de Europa como expresión de potencia civil.
Para la explicación de esa influencia se utilizarán las variables derechos humanos, paz e integración regional, describiendo en cada caso sus unidades de análisis; la política del gobierno de búsqueda de verdad y justicia acerca de las violaciones a los derechos humanos y su incidencia en las participación argentina en el mundo en temas de paz; el Tratado de Paz y Amistad con Chile de 1984; y los acuerdos de integración con Brasil que se iniciaron con la Declaración de Foz de Iguazú en 1985.