El Sistema Internacional actual agrupa a un conjunto de Estados y otros actores del escenario mundial, cuya característica principal es su heterogeneidad. Ésta se produjo como reacción a los procesos de uniformidad resultantes de las dinámicas de Globalización del siglo pasado. La heterogeneidad del Sistema Internacional también se vio favorecido por la creciente interdependencia existente entre los actores, que se encuentran atravesados por lógicas transnacionales, ocasionando la dinamización del Sistema así como la incertidumbre en las Relaciones Internacionales.
En este marco, la relación de dichos Estados en un contexto globalizado da como resultado un funcionamiento antagónico, con la presencia de escenarios de constante tensión y armonía, donde conviven procesos competitivos de cooperación y conflicto por espacios de poder con consecuencias sin precedentes.
Estos procesos no se dan sólo a nivel interestatal sino que, en la actualidad, existen fuerzas que luchan por cooptar los espacios estatales y ocupar su lugar, fuerzas que borran límites westfalianos, anteriormente visibles, entre lo estatal y no estatal, entre lo nacional y regional, y al hacerlo, dificultan aún más las tareas del Estado para recuperar no sólo el monopolio de la violencia, sino su presencia institucional en las llamadas “zonas grises” donde estas fuerzas actúan y se corporizan.
Conflictos que no serían posibles sin un debilitamiento ontológico por parte del Estado, se trata de Estados frágiles con gobiernos centrales débiles, cuya dificultad para definir la naturaleza de estas fuerzas conflictivas, al carecer de categorías tradicionales, imposibilita su resolución y acentúa su presencia.
De allí que la mayor parte de los conflictos armados registrados desde el fin de la Segunda Guerra Mundial han tenido lugar en países en desarrollo. Se trata, fundamentalmente, de conflictos que tienen lugar dentro de un mismo Estado, más del 95 por ciento de los conflictos armados que tienen lugar hoy en día son de este tipo, y no entre Estados (Oxfam, 2005:53).
Latinoamérica no está exenta de estos conflictos, es por ello que hemos planteado como tema de la presente tesis el conflicto que presenta Sendero Luminoso en el Perú bajo nuevas lógicas que rigen tanto al sistema internacional como aquellas que lo atraviesan y modifican todo su andamiaje tradicional.
El fenómeno de Sendero Luminoso (PCP-SL) de por sí no es nuevo, lo que queremos subrayar aquí es que la transformación del conflicto se aborda desde una perspectiva de “nueva amenaza” que se instala, pero más que nada se construye. De esta manera, el problema de nuestra investigación se centra en analizar el cambio que presenta Sendero Luminoso a partir de la alianza con el narcotráfico a comienzo de 2000 en la zona del Valle del Río Apurímac y Ene (VRAE) y su mutación hacia Neosenderismo.