Presentando en la práctica alguna dificultad la determinación de la existencia del ácido oxálico y de los oxalatos solubles, he tratado de hallar una reacción microquímica que no dejara dudas respecto a su presencia en las células, o en los zumos de ellas extraídos. La reacción hallada me parece llenar todas las condiciones exigidas para el caso.