En 2013 la República Popular de China (RPCh) lanzó la Iniciativa Belt and Road (BRI, o Iniciativa de la Franja y la Ruta). La cual sería no solo un canal comercial, sino también una nueva estrategia para facilitar una mayor participación y compromiso de China en la economía global, y para dar forma a una nueva estructura para la gobernanza económica global. Con su expansión económica hacia el exterior y su cada vez más importante participación en las inversiones en el extranjero, China enfrenta un número creciente de disputas civiles y comerciales transfronterizas. En tal sentido, a fin de compartir el creciente mercado internacional de resolución de disputas comerciales, proteger mejor sus inversiones y tener una mayor participación en la armonización de los derechos comerciales, China ha desarrollado y establecido en el año 2018 sus propios tribunales comerciales internacionales, adoptando un sistema judicial de resolución de disputas comerciales internacionales pero utilizando un modelo innovador de doble-vía (incluyendo el arbitraje).