Esta ponencia busca exponer algunos de los resultados de una investigación mayor en curso acerca del escenario laboral que doctores en Ciencias Sociales enfrentan desde el 2012 hasta el 2019.1 En concreto, mi preocupación en esta ocasión es la de abrir una serie de interrogantes en torno a la forma en la que quienes se doctoraron en dicho período se piensan en relación a su profesión y su trabajo. El interés de este escrito se centra en desentrañar una problemática que comienza a volverse visible y pública en el 2016, a través de diferentes acciones de manifestación que fueron llevadas a cabo por becarios, doctores e investigadores por el rechazo de ingreso a Carrera de Investigador Científico (CIC) de 500 postulantes tras dictámenes favorables con doble recomendación, pero que en su análisis puede comprenderse como parte de un proceso mayor de politización y problematización del propio sistema científico que se había ido gestando años antes.