En el presente texto se reflexiona acerca de la producción del artista argentino Ernesto Deira (1928-1986) a la luz de algunas características que hacen al arte contemporáneo. Tomando como disparador el políptico Nueve variaciones para un bastidor bien tensado (1965), se presentan algunos de sus elementos constitutivos –el cuerpo fragmentado, cosificado y desmaterializado; la indeterminación, la repetición, la seriación, el exceso y el desplazamiento–, como poderosos antecedentes de lo que ocurrirá con las producciones artísticas a partir de los ochenta.
Más de treinta años después, buena parte de la obra contemporánea retoma con fuerza estos rasgos, renovando y multiplicando sentidos.