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dc.date.accessioned 2009-09-17T18:10:56Z
dc.date.available 2009-09-17T03:00:00Z
dc.date.issued 1915-01
dc.identifier.uri http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/11971
dc.description.abstract Todas las civilizaciones concurren á la obra de la cultura humana, como los vértices ascendentes de la pirámide al punto inmaterial de su cúspide. La cultura es nuestro amor más hondo y nuestra más salvadora esperanza: ella encierra en sí el tesoro de espiritualidad, de ciencia, de moral y de conquistas superiores de la estirpe al través de los miles de años; ningún pueblo de la tierra puede aislarse para cultivarla; todos los hombres que han escalado la altura máxima de su pensamiento se nutren de las corrientes del mundo, como las altas torres por cuyas cimas de acero circulan los fluidos universales. La civilización es un fruto de la aspiración mundial, no de una nación; su árbol genealógico es tan vasto, como las fuentes mismas de los pueblos en los que se ha elaborado. Así los ciclos de las civilizaciones abolidas se rozan con ésta que vemos desarrollarse y cuyo alcance futuro escapa á nuestros cálculos; puesto que la enseñanza que nos dan de la antigüedad asiática los poderosos estudios modernos, no tienen una aplicación eficiente. Horizontes completamente imprevistos se han abierto ante el hombre. Grecia, Roma, el Renacimiento, la Reforma, la Edad Contemporánea, son simples etapas. La planta de Galileo, no más, con su golpe afirmativo, ha hecho rodar deshechos, monumentos de ciencias; sería ocioso repetir razones como la del norteamericano Fiske, de cómo no ha dado en tierra con el catolicismo, ya que el cristianismo es otra cosa.. . Una nación que surge de una barbarie más ó menos civilizada, necesita mucho y largo cultivo para soportar las raíces de ese árbol milenario, tiene que vivir cediendo á la ley histórica, el desarrollo mental del mundo. Ofrecerle su savia y su vigor, para su desarrollo biológico, ya que, lo que no se transforma no vive. Entonces en una madurez sustanciosa de profundidad de espíritu, esa nación adquiere su individualidad, tiene lo que Carlyle llama una vos, una gran mentalidad que reasuma las múltiples modalidades, en el bronce perdurable de la obra genial. (Párrafo extraído del texto a modo de resumen) es
dc.format.extent 172-174 es
dc.language es es
dc.subject Cultura es
dc.title Al margen del problema de la cultura es
dc.type Articulo es
sedici.creator.person Marasso Rocca, Arturo es
sedici.subject.materias Ciencias de la Educación es
sedici.description.fulltext true es
mods.originInfo.place Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación es
sedici.subtype Articulo es
sedici.rights.license Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.5 Argentina (CC BY-NC-ND 2.5)
sedici.rights.uri http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/
sedici2003.identifier ARG-UNLP-ART-0000002441 es
sedici.relation.journalTitle Archivos de Ciencias de la Educación es
sedici.relation.journalVolumeAndIssue vol. 1, no. 2 es
mods.recordInfo.recordContentSource Memoria académica es


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Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.5 Argentina (CC BY-NC-ND 2.5) Excepto donde se diga explícitamente, este item se publica bajo la siguiente licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.5 Argentina (CC BY-NC-ND 2.5)