Revista del Museo de La Plata | Volumen 7 | Número 1 | Suplemento resúmenes

Abstract

Comenzamos a gestar la Asociación Argentina de Biología y Ecología del Suelo en nuestra mente hace mucho tiempo pero en la asamblea del CONEBIOS 3, en Río Cuarto allá por el año 2013, se convirtió en un propósito concreto. El 29 de septiembre de 2016, en la ciudad de La Plata, se inició el trámite que constituyó formalmente a la SABES en Asociación Civil con personería jurídica y estatuto social. La SABES agrupa a investigadores, profesionales, estudiantes, productores agrícolas y aficionados dedicados al estudio de la biología y la ecología de los organismos responsables de las interacciones que forman y mantienen al suelo y a su producción, que sostiene la mayor parte de la vida en el planeta. La asociación organiza cada dos años el CONEBIOS: Congreso Nacional de Ecología y Biología de Suelos, donde se dan cita asociados e interesados de la Argentina y países limítrofes para presentar sus trabajos y experiencias además de intercambiar lo aprendido en un ámbito de respeto y colaboración. Los miembros de la SABES trabajan, investigan y educan sobre temas de biología y ecología edáfica. Estos encuentros surgieron hace alrededor de 14 años y en los 6 previos nos hemos reunido en diferentes partes del país para compartir experiencias, saberes y sentires, todos los que por vocación estudiamos al suelo. Con mucha alegría, en La Plata vivimos el Séptimo Congreso de Ecología y Biología de Suelos. La pandemia nos condicionó a realizar CONEBIOS VII unos meses más tarde de lo esperado, en un evento virtual y presencial, dándole continuidad a estos encuentros e incluyendo los cambios desafiantes del ambiente, que nos invitaron a abrirnos para reiterar nuestro compromiso de reunirnos una vez más. El encuentro se realizó desde el 18 hasta el 20 de Abril del 2022. Allí nos reunimos aproximadamente 150 personas, entre estudiantes, becarios e investigadores, quienes desde diversas disciplinas y con diferentes miradas estudiamos, enseñamos, trabajamos o nos ocupamos del suelo, para integrarnos con buena voluntad en la tarea de conservarlo respetando su dinámica.