El jardín de los senderos que se entrecruzan

Abstract

Desde aproximadamente ocho años se vive a nivel nacional una avanzada de la mirada de las políticas sociales sobre una población históricamente relegada exclusivamente a ser gobernada en su totalidad por la cuestión penal, la población en el encierro. Aunque este avance es acelerado por las corrientes de los juristas críticos, cuando lo hacen la reinterpretan como una avance en el discurso de las garantías individuales del detenido. Se reconvierte así un derecho social y colectivo, en parte de un derecho individual a la libertad. Esta operación obedece a una mentalidad estrictamente liberal y formalista aún en los juristas más críticos. Y el fenómeno ha sido particularmente visible en el derecho a la educación de los privados de libertad. Al reconfigurarlo como parte de las garantías individuales del preso se pierde gran parte de su potencial transformador, sometiendolo a la discusión irresoluble entre penitenciarismo y garantismo.