Estudio geológico de la zona sur del anticlinal de San Pedro en la sierra de San Antonio

Abstract

Comprende el presente trabajo, el estudio de la sección meridional del anticlinal de San Pedro, desde el brazo meridional de la Quebrada del Astillero y la Quebrada del Mestizo, al Norte, hasta las del Deslinde y Rodeo Grande al Sur. Considerada de W a E, la región forma parte de la serranía que, extendiéndose de norte a sur, se conoce bajo la denominación de Sierra de San Antonio o Sierra del Alto (Bonarelli), en el Departemento de Orán, Provincia de Salta. Forma parte del grupo de serranías que Bonarelli ha llamado Sierras Subandinas, en las cuales afloran estratos cuya edad va desde el Devónico hasta el Pleistoceno. Por los plegamientos y dislocaciones producidos luego de que el mar Devónico cubriera toda la región, como así por levantamientos y consecutivos fenómenos de erosión se formaron las cuencas de gran acumulación sedimentaria, en las cuales, a consecuencia de la reactivación de los procesos tectónicos, se formaron nuevas cuencas menores. Los sedimentos que llenaron estas depresiones separadas por barreras orográficas, por su acumulación en ambientes diversos y la diferencia de los procesos tectónicos sufridos, han permitido delimitar la formación de cuatro cuencas consecutivas, cuyas diferentes condiciones estratigráficas ya han sido señaladas en su capitulo correspondiente. La zona que corresponde a esta tesis, es una parte de aquella cuenca cuyo elemento negativo hacia el Norte alcanza la depresión del río Pilcomayo, y que, extendiéndose hasta el paralelo 23, queda delimitada por la Precordillera salto-jujeña, al occidente, y por el límite occidental de la región septentrional del Chaco, al oriente. Separados por una discordancia erosiva en el techo de los estratos devónicos, que integran los núcleos anticlinales, superpónense dos complejos sedimentarios perfectamente definidos y que marcan períodos estratigráficos de edad Permo-Carbonifera los inferiores y terciaria los superiores. La serie estratigráfica superpuesta a los estratos devónicos (que en un principio Bonarelli incluyera dentro de la "Formación Petrolífera" de Brackebusch, 1883), comprende estratos de origen glaciar y fluvio-glaciar, compuestos por arcillas esquistosas, areniscas y tilitas arenosas que, teniendo en cuenta las determinaciones de la Dra. Plamer, al clasificar los fósiles de la "Formacion Taiguati" y, recordando las equivalencias propuestas por Frenguelli al correlacionar el Gondwana del noroeste argentino con el "Paganziano" de Bodenbender, representarían parte de los tiempos carboníferos y quizá parte también de los tiempos pérmicos. Con espesores que sufren un gradual acuñamiento vertical en sentido sur, el complejo glaciar termina a la altura del paralelo 23, delimitado por las elevaciones orográficas que, formando barreras naturales, impidieran sucesivas deposiciones glaciares. Los depósitos terciarios, comunes a todas las serranías que integran el sistema Subandino y que se formaron a expensas de un proceso de activísima sedimentación, al final del Terciario y a comienzos del Cuaternario han sido afectados por sucesivas perturbaciones tectónicas. Toda esta serie de origen continental y fluvio-lacustre, unida en general por rasgos sedimentarios comunes y sin aparentar interrupción alguna en su sedimentación, descansa sobre el complejo subyacente por medio de un nivel calcáreo y conglomerádico, esto es los "Estratos de Galarza", formado a expensas de la destrucción y posterior acarreo del "Horizonte Calcáreo Dolomítico" o "Vitiacuense". Los sedimentos que constituyen el Terciario Subandino, presentan su mayor potencia en territorio boliviano y, al reducirse hacia el Sur, a la altura de Tucumán desaparecen casi por completo. Debajo de los "Estratos de Galarza" y dispuestas en la parte superior del complejo permomesozoico, las areniscas del Mandiyutí ("areniscas inferiores" sensu stricto de Schlagintweit), se asientan sobre el resto del complejo glaciar posiblemente por medio de una discordancia paralela, mientras que, entre estas y el Horizonte calcáreo, se interpone un periodo de erosión cuya intensidad habría aumentado progresivamente hacia el Sur. Las presiones tectónicas, que procedieron desde el occidente, dieron origen a una serie paralela de anticlinales y sinclinales que, por diferente resistencia de los materiales al empuje tectónico, han sufrido una estrechamiento que ha equilibrado el aumento del área ocupada por los bloques, diversamente dislocados y volcados hacia el naciente. La estructura tectónica de la zona meridional del anticlinal de San Pedro, por las fuertes presiones dirigidas de W a E, presenta su flanco oriental fallado longitudinalmente, determinando pliegues sobreescrurridos, afectados en parte por dislocaciones transversales. Por la disposición de sus capas sedimentarias, la distinta disposición revelada por el estudio comparado de los flancos del anticlinal, sus contactos anormales por fallas de rechazo variable, y las dislocaciones manifiestas en la parte meridional de la zona estudiada, por efecto de la gran falla transversal que separa los dos anticlinales de Ramos y San Pedro, la estructura aquí se aparta en mucho de la sencillez de los plegamientos que menciona Bonarelli (6,38) al tratar la tectónica de las Sierras Subandinas.