La orientación respecto de si tiene la Républica Popular China intenciones de convertirse en una potencia marítima, sigue un derrotero marcado. Si bien es cierto, China históricamente se sostuvo como potencia terrestre, sosteniendo su poderío desde la Ruta de la Seda, la importancia que le otorgó al comercio por mar a inicios del siglo XV, con la gran flota de la dinastía Míng comandada por ZhèngHé, le hizo proyectar su influencia desde Asia al mundo (Menzies, 2012). Así mismo, el hecho que las invasiones imperiales llegasen a China desde el mar, marca el valor que la RPCh entrega actualmente a la defensa de su extensa costa.