Mientras Estados Unidos continúa utilizando su poder militar en pos de salvaguardar los derechos humanos, las libertades individuales y propiciar sistemas de gobierno democráticos en el extranjero, en su propio país durante las próximas elecciones se estima que unos 5 millones de estadounidenses se verán impedidos de ejercer su soberano derecho a sufragar. Una vez más el “doble estándar” de la política norteamericana está a la orden del día.