El concepto de “frontera” en la historia adquirió protagonismo con la conformación del estado-nación. La ecuación migración y frontera daba como resultado aculturación, pero Takashi Maeyama (1996) al observar a los japoneses en Brasil, comprobó que por el contrario, fortalecían su identidad y lo hacían a través de su cultura.
Qué sucede cuando los japoneses viajan a ultramar, cruzan la frontera, ingresan en otros territorios y pasan a integrar otra sociedad, cómo continúan la construcción de su identidad. Qué pasa con lo “japonés”. Cuando la cultura japonesa “viaja”, y es trasplantada en otro suelo, cómo se desarrolla? Partiendo de las observaciones realizadas por Yozaburo Shirahata (1996), ver qué nuevos significados adoptan sus frutos para sus portadores, la población local en general, inmigrantes de otros orígenes e incluso en el transcurso del tiempo dentro de la propia comunidad. El objetivo de este artículo es realizar aportes para dar respuesta a estos interrogantes.