Sabemos, los que nos dedicamos a leer o a escribir literatura, que la originalidad o el valor de una obra está dado sobre todo por su forma. Cómo hablar y decir algo nuevo acerca del amor, de la vida, de la muerte, de la madre, del miedo, se pregunta un escritor o una escritora cualquiera, cuando se sienta a escribir y explora, en la forma narrativa o poética, una respuesta. La historiadora Mirta Lobato también parece haberse enfrentado a este desafío crucial cuando se decidió a escribir su libro más reciente, en cuyo prólogo plantea una pregunta inefable: ¿qué es la infancia? Creo que uno de los intentos de dar respuesta a semejante interrogante se expresa en la forma que eligió para componer una obra que no sólo ofrece saberes y conocimientos sobre el tema sino que depara a los lectores emociones intensas.