El propósito de este documento es brindar recomendaciones y lineamientos generales a los equipos universitarios que implementan dispositivos de atención ante situaciones de violencias por razones de género, que afectan a personas de nuestra comunidad universitaria, bajo cualquiera de las modalidades y tipos ya consignados en el Programa y Protocolo de Actuación.
Entendemos que en el actual escenario de pandemia, cobran centralidad las medidas adoptadas por nuestra universidad y las medidas dispuestas por las autoridades sanitarias y educativas en el marco del ASPO. Por tal razón, consideramos que nuestro accionar alcanza a todas aquellas prácticas de violencias por razones de género mediadas por el uso de recursos digitales, aplicaciones de mensajería y/o para las teleconferencias (ciber acoso, violencia digital etc.), que puedan ocurrir entre estudiantes y trabajadores docentes y no docentes, en el marco del teletrabajo, y la enseñanza virtualizada; reafirmando la vigencia e implementación del protocolo.
En este sentido, el contexto que transitamos exige adaptar las lógicas y dinámicas de funcionamiento instituidas, para dar respuesta a una nueva realidad marcada por el dinamismo, la incertidumbre y un conjunto de medidas preventivas entre las cuales se incluye el distanciamiento social. Resulta clave contar con un marco de referencia flexible para generar las modificaciones que se consideren necesarias, acordes con las demandas que se presentan desde distintos niveles de intervención y ámbitos universitarios. Es decir, reorientar prácticas y ampliar los medios que posibilitan dar continuidad al funcionamiento de los equipos y áreas, adoptando medidas que permitan garantizar la escucha, contención, orientación y acompañamiento de las personas.
En virtud de estas consideraciones, entendemos pertinente sostener modos alternativos de atención y seguimiento, que pueden ser remotos; vale decir, a través de entrevistas telefónicas, llamadas telefónicas periódicas, video llamadas u otras estrategias que sean conducentes; o bien excepcionalmente presenciales ante situaciones de gravedad extrema, tomando los recaudos que exigen las autoridades sanitarias en el marco del ASPO.
Asimismo, una tarea central en este contexto es promover redes de apoyo, encuentros de trabajo, y puesta a punto de dispositivos a fin de fortalecer conductas adecuadas de auto-cuidado y cuidado de quienes formamos parte de la comunidad universitaria.
Procuramos aportar herramientas sencillas que contribuyan a: a) visibilizar los recursos existentes; b) reorganizar y facilitar la fluidez de comunicación entre les integrantes de las unidades académicas, las unidades de atención y al interior de los equipos de trabajo; c) fortalecer el trabajo en red, contrarrestando intervenciones aisladas que “dejan solos” a nuestros equipos.