Como comunicadores/as, trabajar desde la comunicación implica pensar en disputas de sentidos. Pensar la escritura desde la comunicación política como dimensión de análisis requiere –como todo proceso de comunicación– de una planificación. Por eso mismo, partimos de la idea que no se puede producir un texto si no es a partir de una planificación comunicacional con objetivos delimitados, con escenarios estudiados y con personas o instituciones reconocidas.