El tiempo está pasando y eso afecta no solo nuestra salud mental sino también los hechos cotidianos. No es lo mismo vivir aisladx un lapso determinado y saber cuándo empieza y cuando termina que pasar más días del año encerradxs que sin estarlo. Las primeras semanas fueron una situación de asombro: charlas mientras las personas cocinaban, otras para merendar, algunas de noche simulando una salida, hoy quizá esto no desapareció por completo, si el efecto de extrañeza.