En diciembre de 2019 los medios internacionales se hicieron eco de las primeras noticias vinculadas a la aparición de un nuevo virus en Wuhan, China, luego confirmado como SARS-CoV-2 y bautizado prontamente como Covid-19, o coronavirus del año 2019. Para fines de mayo de 2020, casi un semestre después, los contagiados en el mundo ascienden a 5,8 millones y se contabilizan 362 mil muertes. Son números para poner en perspectiva, considerando los 9 millones de personas que según la OMSmueren anualmente en el mundo a causa de cáncer, solo por poner un ejemplo. Pero no es éste el eje de la reflexión que aquí queremos compartir, tan solo es un indicador, un marco para contextualizar el asunto.Las alertas ante la propagación del virus activaron distintas medidas en cada región para mitigar los efectos de su avance. En Argentina, el gobierno nacional decidió iniciar el 20 de marzo el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO), como forma delentificar el avance de la pandemia y proteger del colapso al sistema de salud ante la posibilidad de una escalada de casos.