El quinto tomo de la Historia crítica de la literatura argentina dirigida por Noé Jitrik comprende, según lo anuncia Alfredo Rubione en la “Introducción”, “la etapa final del siglo XIX y llega aproximadamente hasta el Centenario de la Revolución de Mayo”. Con más voluntad de precisión, y a riesgo de contradecir el desapego que el proyecto de Jitrik exhibe respecto de la cronología, cabría decir que el volumen abarca enteramente la última década del siglo XIX y la primera del siglo XX, para detenerse en un momento posterior al Centenario pero anterior al vanguardismo de los años veintes. Abarca, en otros términos, las décadas centrales de la precipitada modernización que atravesó el país alrededor del novecientos. Mientras la sociedad argentina en su conjunto se transformaba a un ritmo quizá excesivo (sin duda excesivo para el conservadurismo político de su clase dirigente), la pequeña sociedad literaria de la época vivió sus propias y relativamente específicas transformaciones fundacionales.