La historia de las emociones no tiene una larga tradición para reivindicar, como sí ocurre con otras áreasde la historiografía. A pesar de su juventud ha experimentado un desarrollo exponencial, que redundóno solo en un frondoso repositorio de publicaciones sino también en la consolidación institucional delcampo con la creación de centros de investigación de prestigio internacional. En la actualidad existen tresinstituciones que lideran la investigación desde Alemania (Geschichte der Gefühle - Max Planck Institutefür Bildungsforschung), Gran Bretaña (Center for the History of Emotions - Queen Mary University) y Australia (ARC - Center of Excellence for the History of Emotions). Hace tiempo que, por fuera de esas instituciones, en universidades europeas y norteamericanas surgieron espacios de investigación de diferente magnitud que consolidaron perfiles propios a partir de enfoques específicos y con recortes temáticos y cronológicos particulares. Más que de una historiografía de las emociones, en América Latina deberíamos hablar de un campo de estudio en construcción del que participan –con diferente intensidad e influjo sobre sus disciplinas– la sociología, la antropología, la filosofía, la literatura y la historia. Como en otras latitudes, también aquí los investigadores realizan esfuerzos asociativos confluyendo en redes y grupos de estudio como el Grupo de Pesquisa em Antropologia e Sociologia das Emoçoes (Brasil), Grupo de Estudios sobre Sociología de las Emociones y los Cuerpos (Argentina), el Núcleo de Estudios Sociales sobre la Intimidad, los Afectos y las Emociones (Argentina), o la Red Nacional de Investigadores en los Estudios Socioculturales de las Emociones (México).