No podría precisar si fue en el año 1942 ó 1943 cuando tuve la oportunidad de conocer personalmente a don Manuel Selva en una visita que hiciera a la Biblioteca Nacional. Lo cierto es que, con anterioridad a la referida entrevista, ya habíamos trabado relación epistolar e intercambio de publicaciones con motivo de la primera edición de mis "Elementos de bibliotecología". Poco después, ese contacto inicial derivaría espontáneamente en una firme y cordial amistad afianzada por encuentros sucesivos, ya en su sede oficial de la calle México, ya en la librería de Julio Suárez, su editor, en Lavalle 558.