Durante los últimos 400 años, el mapa mundial ha sufrido incontables modificaciones, debido a la naturaleza dinámica de la política internacional. Varios países, que en su momento se encontraban en el centro de los asuntos globales, hoy en día no existen más, o por lo menos no como en sus mejores épocas, y de las cenizas de algunos de ellos, han surgido también diversos Estados nuevos.
Es indiscutible que detrás de todos estos procesos de desaparición o transformación de actores estatales, se han encontrado siempre intereses perseguidos por las grandes potencias, las cuales, generalmente, han favorecido esto para mantener el statu quo. La creación de la República Oriental del Uruguay entre Argentina y Brasil, o del Estado Polaco entre Alemania y Rusia, son ejemplos de cómo las fronteras internacionales fueron redibujadas con una función geopolítica.
Sin embargo, las causas y el modo en que los grandes poderes han modificado los límites de diversas entidades políticas, no siempre fueron los mismos. Por eso, en el presente trabajo se buscará explicar cómo ha evolucionado la estrategia de la Fragmentación Territorial a lo largo del tiempo, citando distintos casos que nos provee la historia, y abordando como esta herramienta continúa utilizándose en el presente.