Los textos generales sobre de ciencias sociales, y especialmente los best-sellers, rara vez contienen novedad alguna. El imperativo de publicar, cada vez más dañino para autores y lectores, se expresa a veces en la baja calidad de los libros, pero sobre todo en la ausencia de disrupciones. Cada feudo intelectual se encuentra satisfecho con las sofisticadas y extensas paráfrasis que vomitan las editoriales, con los libros de los amigos que abultan la contabilidad de la academia, con los textos chatos que excitan a los industriales de la palabra. Nadie quiere ni a nadie conviene, en rigor, escribir o leer ideas que cuestionen de raíz las bases de nuestras acumulaciones cognitivas, académicas, políticas y emocionales. Así, la aparición de textos disruptivos es infrecuente - o quizás suceda a menudo, pero la nube tóxica de libros sin alma nos impida conocerlos.
Homo Deus, de Yuval Noah Harari, constituye una notable excepción. Se trata de un libro original, auténticamente provocador que merecería ser discutido por todos los estudiantes de ciencias sociales y humanidades. O al menos por aquellos que se permitan moverse de sus poltronas de confort intelectual.