En junio de 2014, el autodenominado Estado Islámico (ISIS) irrumpía en la escena mediática occidental. Un predicador, Abu Bakr al Baghdadi, se dirigía al mundo con un discurso desde una mezquita en Mosul (Irak) y adelantaba su misión de revivir el sueño de un gran Califato que se extendiera hasta Europa. A partir de ese momento, la organización –que ya venía creciendo tras desmembrarse de la facción del Al Qaeda iraquí– cobró relevancia internacional.
En los últimos siete años, una compleja coalición de Estados y actores no estales se abocaron a hacerlo retroceder.
Aunque lograron disminuir su control territorial, hay un aspecto en el que ISIS continúa victorioso: la batalla de las narrativas. A través de un aparato comunicacional ordenado, ha sabido mantenerse vivo a pesar de sus altibajos.
El presente trabajo tiene como objetivo analizar las condiciones sociales, políticas y económicas, en clave de tres procesos históricos, que permitieron la creación de ISIS y, posteriormente, indagar sobre el aspecto comunicativo de su estrategia para, finalmente, aterrizar algunas proyecciones del futuro de la organización.