Como en otros escritos de la última década, Derrida se involucra en una cuestión teórica, a partir de una cuestión personal pendiente. Y la finalidad no deja de ser el “estilo” de poner en escena: el cruce entre vida y filosofía, a la manera platónica, que acá se insinúa apenas, como un diálogo con el otro, y luego se abandona.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)